Es habitual que los más pequeños de la casa se despierten a media noche asustados e incluso al borde del llanto porque han tenido pesadillas.
Los miedos, que a veces no somos conscientes que tenemos, nos provocan sueños perturbadores que asociamos a sensaciones negativas que interrumpen nuestro descanso más de una noche.
¿Por qué provocan malestar e incluso ansiedad?
Son sueños desagradables que se perciben como muy reales. Además, el contenido suele estar asociado con cuestiones de supervivencia o miedos, lo que nos pone en alerta y nos genera ese malestar. Algunos expertos afirman que estos sueños desempeñan una especie de "entrenamiento" para lograr sobrevivir a situaciones angustiosas que podrían producirse en la realidad. Un entrenamiento que suele producirse durante la segunda parte de la noche, ya que son episodios asociados a la fase REM del sueño.
¿Las pesadillas son un trastorno grave del sueño?
No debemos preocuparnos por la aparición de estos sueños, a no ser que se conviertan en un desorden del sueño en sí mismo. Si son muy frecuentes, producen sensaciones desagradables durante el día al recordarlas, miedo a ir a la cama a dormir o ansiedad, deberás visitar a tu médico para intentar paliar los efectos.
¿Qué provoca las pesadillas?
No se conocen exactamente las causas, pero hay algunos factores que pueden desencadenarlas:
Existen algunos componentes genéticos que parecen estar ligados con las pesadillas, ya que es muy habitual que las personas con parientes próximos con el mismo problema o con otras alteraciones del sueño desarrollen estos episodios.
El estrés y la ansiedad a los que estamos sometidos día a día junto con los problemas que pueden surgir en el trabajo o en el ámbito familiar pueden desencadenar estos malos sueños.
Los cambios en los horarios de sueño provocan un trastorno del sueño, por lo que es habitual que también produzcan pesadillas.
Sufrir insomnio también pone al cerebro en alerta y favorece la aparición de estos episodios.
¿Qué debemos hacer cuando las pesadillas son habituales?
Si las pesadillas se suceden habitualmente deberás acudir a una consulta del sueño para que:
Realicen un examen físico donde recopilarán datos médicos, de salud física y mental. De esta manera, los especialistas podrán detectar las posibles causas que estén generando esos episodios.
Recojan información detallada del contenido de estas pesadillas, tanto por parte del paciente como por parte de la persona que duerme en la misma habitación o pueda observar y dar detalles de algún otro trastorno del sueño como puedan ser las apneas, movimientos de las piernas, somniloquia...
Realicen una polisomnografia nocturna o registro nocturno de la actividad del sujeto. Con este procedimiento se esclarece si las pesadillas están asociadas a algún otro trastorno que se pudiera estar pasando por alto.
¿Qué podemos hacer para intentar disminuir las pesadillas?
Si hay detrás síntomas de ansiedad o estrés se recomienda un tratamiento con técnicas de relajación, ya que es un proceso que ayuda a la conciliación del sueño y nos libera del estrés y de las preocupaciones diarias.
Los complementos alimenticios con extractos de valeriana también se pueden convertir en los aliados perfectos para conciliar mejor el sueño y lidiar con la tensión y el estrés del día a día gracias a sus propiedades calmantes y relajantes.
Llevar a cabo una terapia de ensayo de imágenes. Esta técnica se realiza en los casos de estrés postraumático con el objetivo de sustituir los posibles finales de las pesadillas por otros de contenido menos intenso y angustiante.