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Tomar probióticos durante el tratamiento con antibióticos. Lo que dicen los últimos estudios científicos


Tomar probióticos durante el tratamiento con antibióticos.

En los últimos años, la relación entre el uso de antibióticos y la salud intestinal ha generado un creciente interés en la comunidad científica. Los antibióticos, aunque esenciales para combatir infecciones bacterianas, pueden alterar la microbiota intestinal y reducir la diversidad de microorganismos beneficiosos en nuestro intestino. Esto puede generar efectos secundarios, como diarrea, trastornos digestivos y una mayor susceptibilidad a infecciones oportunistas.

Sin embargo, investigaciones recientes han arrojado evidencia de que la administración de probióticos durante el tratamiento antibiótico puede mitigar estos efectos negativos y, en algunos casos, incluso mejorar la eficacia de los antibióticos al reducir la cantidad de bacterias resistentes.

En este artículo, exploraremos los últimos estudios científicos sobre el uso de probióticos durante el tratamiento con antibióticos, destacando cómo pueden proteger y restaurar la microbiota intestinal, además de su potencial para reducir la resistencia bacteriana, un fenómeno cada vez más preocupante en la medicina moderna.


  1. El impacto de los antibióticos en la microbiota intestinal

El sistema digestivo humano alberga una comunidad bacteriana compleja y diversa que desempeña roles cruciales en nuestra salud. Esta microbiota intestinal ayuda en la digestión, la absorción de ciertas vitaminas, la protección contra patógenos y la regulación del sistema inmunológico. Sin embargo, los antibióticos no sólo atacan a las bacterias patógenas responsables de infecciones, sinó que también afectan a las bacterias beneficiosas del intestino. Este desequilibrio en la microbiota intestinal puede derivar en lo que se conoce como disbiosis intestinal, un estado de desequilibrio bacteriano que puede traer consigo diversos trastornos digestivos, como:


  • Diarrea asociada a antibióticos: Es uno de los efectos secundarios más comunes del tratamiento antibiótico, que afecta a un número significativo de pacientes.

  • Infecciones por Clostridium difficile: Un desequilibrio en la microbiota puede permitir la proliferación de bacterias patógenas como C. difficile, responsable de infecciones intestinales graves.

  • Aumento de la permeabilidad intestinal: Un microbioma alterado puede contribuir a una "fuga" de toxinas y otros compuestos al torrente sanguíneo, lo que podría estar relacionado con trastornos autoinmunes y enfermedades inflamatorias intestinales.


La alteración de la microbiota intestinal también puede tener repercusiones en otras partes del cuerpo, dado que el intestino está estrechamente vinculado con el sistema inmunológico y el cerebro. Por tanto, la preservación de una microbiota intestinal saludable durante el tratamiento antibiótico es fundamental para evitar estos efectos secundarios y preservar nuestra salud general.



2. Los probióticos como estrategia de protección intestinal

Los probióticos son microorganismos vivos, generalmente bacterias o levaduras, que proporcionan beneficios para la salud cuando se administran en cantidades adecuadas. En su mayoría, los probióticos son cepas de bacterias del género “Lactobacillus”, “Bifidobacterium”, y levaduras como “Saccharomyces boulardii”. Estos microorganismos beneficiosos pueden ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal, especialmente después de haber sido alterado por el uso de antibióticos.


Los probióticos funcionan de diversas maneras para contrarrestar los efectos negativos de los antibióticos en la microbiota intestinal:


  • Restauración de la microbiota intestinal: Los probióticos pueden repoblar el intestino con bacterias beneficiosas, ayudando a restaurar el equilibrio entre bacterias buenas y malas.

  • Competencia por nutrientes: Los probióticos compiten con las bacterias patógenas por los recursos disponibles en el intestino, limitando su proliferación.

  • Producción de sustancias antimicrobianas: Algunos probióticos producen ácidos orgánicos, bacteriocinas o peróxido de hidrógeno, compuestos que inhiben el crecimiento de bacterias patógenas.

  • Refuerzo de la barrera intestinal: Los probióticos pueden fortalecer la función de la barrera intestinal, ayudando a prevenir la translocación bacteriana y la aparición de infecciones.


3. ¿Qué dicen los estudios recientes?

La investigación sobre el uso de probióticos durante el tratamiento con antibióticos ha crecido considerablemente en los últimos años. A continuación, destacamos algunos de los estudios más relevantes que muestran los beneficios de esta estrategia:


3.1. Prevención de la diarrea asociada a antibióticos

Un estudio publicado en la revista “Lancet Infectious Diseases” en 2023 evaluó el efecto de la administración de probióticos en pacientes que recibían tratamiento antibiótico. Los investigadores encontraron que el uso de probióticos redujo significativamente la incidencia de diarrea asociada a antibióticos (DAA). En pacientes que tomaron probióticos, la tasa de DAA fue un 30% menor en comparación con el grupo que no recibió probióticos. Este hallazgo refuerza la idea de que los probióticos pueden proteger la microbiota intestinal y prevenir trastornos digestivos comunes durante el tratamiento con antibióticos.


3.2. Reducción de infecciones por “Clostridium difficile”

Uno de los efectos más graves de la disbiosis inducida por antibióticos es la proliferación de “Clostridium difficile”, una bacteria patógena que puede causar infecciones intestinales graves, como colitis pseudomembranosa. Varios estudios han demostrado que la administración de probióticos, especialmente “Saccharomyces boulardii” y ciertas cepas de “Lactobacillus”, puede reducir el riesgo de infección por “Clostridium difficile”. En un ensayo clínico realizado en 2022, los pacientes tratados con antibióticos y probióticos presentaron un 40% menos de infecciones por “Clostridium difficile” en comparación con aquellos que no recibieron probióticos.


3.3. Efectos sobre la resistencia bacteriana

Uno de los problemas más preocupantes en la medicina moderna es el aumento de la resistencia a los antibióticos, un fenómeno que ocurre cuando las bacterias evolucionan y se vuelven inmunes a los tratamientos. El uso excesivo e inapropiado de antibióticos es una de las principales causas de este fenómeno. Recientemente, un estudio realizado por el “Journal of Antimicrobial Chemotherapy” en 2023 analizó el impacto de los probióticos sobre la resistencia bacteriana durante el tratamiento con antibióticos. Los resultados sugirieron que los probióticos pueden desempeñar un papel importante en la reducción de la carga de bacterias resistentes. Específicamente, los probióticos pueden ayudar a:


  • Disminuir la colonización intestinal por bacterias resistentes: Los probióticos pueden reducir la cantidad de bacterias resistentes a los antibióticos en el intestino, limitando así su propagación.

  • Restaurar la diversidad de la microbiota: La diversidad bacteriana es crucial para prevenir el crecimiento de cepas resistentes. Al restaurar una microbiota sana, los probióticos pueden reducir la proliferación de patógenos resistentes.


Aunque se necesita más investigación en este ámbito, los primeros estudios sugieren que el uso de probióticos no sólo protege la microbiota intestinal, sinó que también puede contribuir a reducir la presión selectiva que favorece la aparición de resistencias bacterianas.

4. ¿Cómo incorporar los probióticos durante un tratamiento antibiótico?

La recomendación de tomar probióticos durante el tratamiento con antibióticos es generalmente segura y bien tolerada, pero siempre debe realizarse bajo la supervisión de un profesional de la salud. Los probióticos se pueden encontrar en diferentes formas, como cápsulas, tabletas, y, en menor concentración, yogures enriquecidos o bebidas fermentadas. Sin embargo, es importante tener en cuenta ciertos puntos:


  • Elección de la cepa adecuada: No todas las cepas probióticas tienen el mismo efecto en la microbiota intestinal. Se recomienda elegir probióticos con evidencias científicas sobre su eficacia en la restauración del equilibrio intestinal.

  • Momento de la administración: Para maximizar los beneficios, los probióticos deben tomarse en un horario separado del antibiótico, generalmente 2–3 horas después de la dosis de antibiótico. Esto asegura que los antibióticos no afecten la supervivencia de los probióticos en el tracto gastrointestinal.

  • Duración del tratamiento: El tratamiento probiótico puede extenderse un tiempo después de finalizar el tratamiento con antibióticos para ayudar a restaurar completamente la microbiota intestinal.


En resumen…

La evidencia científica respalda cada vez más el uso de probióticos durante el tratamiento con antibióticos como una estrategia eficaz para proteger la salud intestinal, reducir la incidencia de efectos secundarios como la diarrea, prevenir infecciones graves como las causadas por “Clostridium difficile” y, potencialmente, ayudar a reducir la propagación de bacterias resistentes. Si bien el uso de probióticos no debe sustituir el tratamiento médico adecuado, su inclusión en el manejo de pacientes en tratamiento con antibióticos ofrece una forma simple y efectiva de mejorar la salud intestinal y apoyar la recuperación del equilibrio microbiológico.


Si estás tomando antibióticos o te encuentras en tratamiento médico, siempre es recomendable consultar a tu farmacéutico o médico antes de iniciar cualquier suplemento probiótico para asegurarte de que es la opción adecuada para ti.

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